La Comisión de Prensa del Consejo Local de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes de Morón pone en su conocimiento y agradece la difusión de la siguiente Declaración :
Las y los integrantes del Consejo Local de Promoción y Protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes del Partido de Morón, queremos dejar constancia de nuestro repudio a la resolución dictada por la Sala I del Tribunal de Casación Penal a cargo de los jueces Horacio Daniel Piombo y Benjamín Ramón Sal Llargués en los autos caratulados “Ávalos Francisco Domingo S/ Recurso de Casación” (Expte. 18560).
Lo resuelto por esta Sala deja sin efecto la condena a Ávalos por “corrupción de menores” en perjuicio de dos niñas de 14 y 16 años argumentando que ya habían tenido relaciones sexuales puesto que en gente de esa clase social “humilde” comienzan con su vida sexual a temprana edad.
Los fundamentos utilizados por estos jueces, son a todas luces discriminatorios, hasta el punto de minimizar la violencia ejercida por el pastor al someter a estas adolescentes - haciendo uso de su influencia “espiritual” con un claro abuso de poder - y sometiéndolas desde su fallo a una nueva situación de cosificación y maltrato, minimizando el daño psicológico que dejará esta situación en las niñas.
Estas adolescentes han sido sometidas por el pastor de una iglesia evangélica y ahora son re-victimizadas por integrantes del Poder Judicial.
Agrega gravedad a todos estos hechos el que el juez Horacio Piombo - autor del fallo al que adhirió Sal Llargués – es un alto representante de Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires y además profesor en la Universidades de La Plata y Mar del Plata, dónde con su actividad docente y su prestigio por el alto cargo que ocupa, influye en la formación de nuevos abogados y abogadas.
Seguimos en nuestro país escuchando y estando expuestos a personajes con esta filosofía sexista y clasista.
Lo resuelto por esta Sala deja sin efecto la condena a Ávalos por “corrupción de menores” en perjuicio de dos niñas de 14 y 16 años argumentando que ya habían tenido relaciones sexuales puesto que en gente de esa clase social “humilde” comienzan con su vida sexual a temprana edad.
Los fundamentos utilizados por estos jueces, son a todas luces discriminatorios, hasta el punto de minimizar la violencia ejercida por el pastor al someter a estas adolescentes - haciendo uso de su influencia “espiritual” con un claro abuso de poder - y sometiéndolas desde su fallo a una nueva situación de cosificación y maltrato, minimizando el daño psicológico que dejará esta situación en las niñas.
Estas adolescentes han sido sometidas por el pastor de una iglesia evangélica y ahora son re-victimizadas por integrantes del Poder Judicial.
Agrega gravedad a todos estos hechos el que el juez Horacio Piombo - autor del fallo al que adhirió Sal Llargués – es un alto representante de Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires y además profesor en la Universidades de La Plata y Mar del Plata, dónde con su actividad docente y su prestigio por el alto cargo que ocupa, influye en la formación de nuevos abogados y abogadas.
Seguimos en nuestro país escuchando y estando expuestos a personajes con esta filosofía sexista y clasista.